Curadurías | Curatorial

 
 
 
 
2019 | Bosque 


Galería Quimera

Los arboles son como mandíbulas que roen los elementos,
esparcidos en el aire suave y vivo
Todo les parece bueno, la noche, la muerte
y la tierra alegre mira la selva formidable comer.

Víctor Hugo, La leyenda de los siglos


Hay lugares que no parecen haber sido hechos para ser observados. Existen en la mente como recuerdos difusos de un viaje emprendido hace años; son fragmentos parciales que solamente toman forma
 in situ, en el devenir de un recorrido presente por un pasado imaginado.

Las obras de Juan Rey reponen esos lugares que no fueron inventados para ser observados de manera estática, sino que adquieren sentido en la experiencia de ser percibidos. Pero son territorios que sí han sido pensados. Quien los ignora solo los ve, quien los conoce puede también descifrarlos.

Procesos y sistemas de ideas decantan a través del gesto mecánico de un Router CNC que graba, pinta o traza aquellas imágenes premeditadas por el artista. Manchas de sombras, perfiles borrados, figuras orgánicas libres de todo argumento, columnas y ventanales como escenarios posibles para una acción que está por suceder, o tal vez haya terminado.

Algunas obras conservan los códigos de la perspectiva. De esa manera imantan la mirada para sumergirla en paisajes que trascienden el borde de lo representado, mientras que otras piezas se expanden en el espacio físico como si hubieran sido eyectadas de los micromundos suspendidos en las paredes de la sala. Alternando juegos ópticos y cuerpos con volumen, Juan crea un loop de entidades sin tiempo ni contexto, donde cada vez las ideas encarnan en imágenes y las imágenes se licúan en conceptos.

De repente, sin haberlo esperado, en los resquicios del bosque asoman morfologías de lo sagrado.

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